martes, 17 de abril de 2012

Iwá Pelé


La Sabiduría Yorùbá destaca la necesidad de trabajar duro para llevar a cabo el éxito potencial que la elección de un buen ORI trae consigo. Por lo tanto una cabeza afortunada no lleva automáticamente al éxito, sino que es la posibilidad para concretar ese buen destino, con la ayuda de las fuerzas sobrenaturales y el empeño constante de la persona.
Iwá Pelé es trascender el plano físico, elevar la conciencia y comprender la vida.

Ser positivo: pensar con esperanza (cada mañana será mejor que la de hoy).
 Tener entusiasmo que nace de la confianza por la comunión con el mundo espiritual.
Practicar la sinceridad, hablar con la verdad, tener honestidad, no aparentar lo que no se es. Ser honestos nos permite también exigir honestidad de quienes se relacionan con nosotros.
Hay distintas sentencias Yorùbá que ejemplifican lo dicho:

“Los Òrìsà le dan la espalda a la persona que aparenta una cosa y realmente es otra”
“Se puede engañar a los vivos pero no a los muertos”
“Tenga cuidado con tomar lo ajeno, porque si no lo descubren los vivos, lo están viendo los muertos”

* Tener pulcritud. Se ha de procurar tener limpieza física, mental y espiritual. Debemos limpiar el dolor de nuestro corazón, dejar en el pasado lo que pasó. La sinceridad y la pureza otorgan poder a las oraciones. No envenenar nuestro organismo. La promiscuidad lleva a perder la salud y el respeto de los Òrìsà.
Tener orden y disciplina. El orden permite ahorrar tiempo y energía; de esta forma multiplicamos nuestra productividad.
Ser resistentes es la capacidad de soportar el dolor y la adversidad sin quejarnos. La voluntad y el coraje permiten seguir adelante en contra de oposiciones. Firmeza es permanecer fiel a nuestras creencias y convicciones, a nuestra verdad, independientemente de ganancias o pérdidas, fieles a nuestra voz interior. Debemos desempeñar con constancia las tareas asumidas y concluir todo lo que se empieza. Tener paciencia para esperar lo bueno, para tolerar las traiciones, las calumnias y el desagradecimiento.
Evitar discusiones y peleas principalmente dentro de nuestra casa para no dar lugar a que de esta forma se corte nuestro progreso. Controlar la lengua para que nuestras palabras siempre sean constructivas. No ser curiosos, ni inmiscuirnos donde no nos corresponde.
Practicar la humildad. Somos actores que desempeñamos un papel efímero en la obra de teatro que es esta vida material. Somos administradores transitorios que tendremos que rendir cuenta por el uso que hemos dado a lo que hemos dispuesto.
 Estudiar porque el conocimiento permitirá incrementar nuestra capacidad.
 Buscar la prosperidad con trabajo, perseverancia y humildad.
Desarrollar la tolerancia y la comprensión, respetar el libre albedrío de los demás aunque estemos en desacuerdo con sus creencias y comportamientos. Así como exigir respeto a nuestra persona y propia dignidad. Ser Valientes. No permitir que nos hagan daño. Ejercer el derecho de defensa y protección.
Cultivar la tranquilidad, el descanso y el silencio para encontrarse a si mismo.
 Por último el buen carácter debe manifestarse en obras productivas y de utilidad, tal como dice la máxima yoruba:
“En la casa de un no religioso encontramos maleza y matorrales, mientras que en la casa de un religioso encontramos una huerta”.



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